Un amarre de amor puede hacer que tu pareja regrese a ti, con el mismo cariño de siempre y sin importar qué fue lo que los separó. El poder de esta magia está mucho más allá del alcance de cualquier otra opción, por lo que no hay riesgo de que fracase.
Pero hasta los hechizos más poderosos necesitan que colaboremos. Debemos tomar ciertas medidas para impedir que algo de nuestra conducta acabe arruinando o interfiriendo con su efecto. Es por eso que a continuación te mostraremos cómo actuar durante un amarre amoroso.
Dale espacio a la otra persona
El hecho de que estés intentando recuperar a la otra persona no significa que puedes ir a acosarla. Tienes que mantenerte lejos y darle su espacio. Agobiarla no ocasionaría nada bueno; por el contrario, quizás acabe siendo un obstáculo para que el amarre de amor funcione.
Hay una explicación lógica tras esto. Cuando ocurre un rompimiento necesitamos procesar la sensación de vacío que nos deja. Solamente así podemos dejar cualquier rencor o molestia. Esto puede tardarse un poco, y cada quien tiene que encontrar su propio ritmo de recuperación.
Si todo eso sale bien, la persona en cuestión tendrá una mente más abierta y estará más dispuesto a la reconciliación (a veces incluso sin saberlo). En esas circunstancias el hechizo amoroso tiene mayores probabilidades de funcionar rápido.
Tomando en consideración lo anterior, te recomendamos alejarte lo más posible de tu expareja. No le escribas a cada rato ni mucho menos lo llames. Mantente distante, y ya verás que un día él será quien te busque.
Sé paciente
Los amarres de amor requieren de un cierto tiempo, dependiendo de muchos factores: la razón de la ruptura, la fecha en la que sucedió, etc. Todo eso influye, y puede retrasar el resultado, sin llegar a evitarlo jamás.
Sea como sea, mientras eso ocurre te tienes que mantener paciente. No esperes que el amarre de amor actúe mañana mismo, porque eso es imposible. Para que funcione de verdad debe tardarse todo lo necesario.
Recordemos también que las personas son muy complicadas. Para que el amarre empiece a actuar en tu expareja tiene que lograr penetrar en ella. Algunas características de su personalidad pueden dificultar eso. Por ejemplo, si es alguien muy terco.
En todo caso, nada de eso debe desesperarte. Tienes que controlarte para que no sientas que el tiempo pasa lentamente. Busca actividades que te mantengan entretenida, como leer o hasta salir a pasear. Cuando menos lo esperes verás las primeras señales de que tu chico quiere regresar contigo.
Mantente positiva
La apatía no es buena para ningún amarre de amor. Tienes que conservar en la medida de lo posible una buena actitud, llena de alegría y optimismo.
Desde luego, es mucho más sencillo de decir que de hacer. Aun así, tienes que esforzarte. Si tus energías son positivas estarás contribuyendo a que el hechizo trabaje como debe ser. Los sentimientos optimistas son muy útiles en todo amarre amoroso.
Por el contrario, el dolor, la pena y cualquier emoción parecida pueden terminar siendo una barrera. En consecuencia, tienes que esforzarte y sonreír lo más que puedas. Dedícate a tus pasatiempos o cualquier cosa que te guste mucho.
Eso servirá para contrarrestar la tristeza. Igualmente busca a alguien de confianza si necesitas desahogarte. Guardarte las emociones no hará más que impedir que seas feliz. Deja ir toda esa tristeza y más adelante lo agradecerás.
No te dejes convencer a la primera
Dejamos este punto de último porque tiene lugar cuando ya el amarre de amor comienza a tener efecto. Verás que tu chico poco a poco va buscándote. Al principio será sutil, pero no tardará en ser más directo.
Es evidente que eso es lo que has estado esperando todo este tiempo. Sin embargo, no te precipites, ya que eso no sería bueno. Si caes ante su primer intento perderá todo el interés de inmediato.
¿Debes ignorarlo? No precisamente. La idea tampoco es que parezcas inalcanzable, sino que has decidido seguir con tu vida. Esto hará que él se sienta mucho más motivado. Por tanto, se empeñará tanto en recuperarte que terminará completando el amarre sin darse cuenta.